por Víctor Marcelo Clementi
Rompo el sobre y hecho polvo de mujer
instantánea, aunque no dietética.
Revuelvo esas curvas que no respetan gravedad
alguna, y el sexo decanta lentamente.
Sorbo a sorbo la poseo hasta lamerla íntegra.
Satisfecho, aguardo a que escape por mi pene,
transformada, ligeramente ambar.
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