jueves, 9 de julio de 2009

Amor y anarquía

por Carlos Penelas

El misterio es el placer, el gozo, la emoción de la mirada. El misterio es la vida, el tacto, el ensueño que nos lleva a mirar la luna y las estrellas. Sin otro fin que admirar la belleza y el infinito. No hay programa anarquista. No se habla de la destrucción de las instituciones de manera irracional. Se habla, se habló siempre de otra cosa. No se lee, no se entiende, todo es superficial. Por eso los dogmáticos se dejan llevar por supuestas lecturas, por preconceptos, por la ignorancia. Entre los jóvenes y no tan jóvenes se desconoce quién es el subcomandante Marcos. ¿Qué podemos pretender del resto? Tal vez como autojustificación escribimos poemas, artículos o libros. Para no morir del todo vamos al cine, trabajamos sobre ciertos hechos históricos o sociales. Nos conmovemos ante una obra de pintura o ante una obra de teatro. Sentimos, junto a otros, la ilusión, el afecto, la vibración que nos hace amar, comprender, desear lo imposible. Sin esperanzas pero sin resentimiento. La chatura del sistema lo invade todo, desde la cuna. No hay respiro. Por eso resistimos.
Los viejos anarquistas se oponían a la llamada familia patriarcal, a la unión conyugal sea por civil o por iglesia, al matrimonio en una palabra. Luchaban contra la doble moral. Y proponían una nueva relación de pareja: el amor libre. Muchos no lo entendieron, otros se hicieron los distraídos, los más lo negaron. En esta nueva pareja -sin garantía de durabilidad- se valoraba (además del amor, la sexualidad, la solidaridad, el afecto, la comprensión, la división de tareas, el compromiso social e individual) la fidelidad. En 1895 se podía leer en Buenos Aires un periódico que se llamaba La questione sociale. Veamos que decía entre otras cosas: “cuando dos seres se aman la sociedad no tiene nada que ver en ello”, “la unión del hombre y la mujer no es indisoluble”, “el amor es más poderoso que todas la leyes”. Discutible, sin duda, pero inquietante.

Nota completa en la edición impresa de Lilith Nº 13. En quioscos y librerías.

2 comentarios:

  1. eso es! divino amor ...hemosa anarquia!

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  2. Definitivamente, la naturaleza de entorno del amor es la anarquía. Creo que es el que mejor puede describirlo ya que cosificarlo aunque sea en la familia que nos propone el sistema es casi como matarlo.

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