viernes, 24 de abril de 2009

La cultura de las grandes ciudades

por Rubén Amaya

Este infernal hacinamiento de seres humanos no es un habitat natural ni tradicional en la historia del hombre.
A mediados del siglo XIX, la revolución industrial produjo, entre otras cosas, el amontonamiento de los seres humanos en las ciudades que, finalmente, nos encierran.Un momento significativo se produjo en la Francia de Napoleón III. Habiendo resuelto la remodelación de París, se encomendó esta tarea a un empresario, Eugenio Haussman. Este tuvo presente el desarrollo de la insurrección de 1848 que, si bien había terminado con la monarquía, fue escenario también de la fraternidad de la guardia nacional con los obreros. Las calles de París fueron bloqueadas por más de 2 mil barricadas levantadas con los adoquines de las mismas calles angostas y sinuosas, dificultando la represión militar.
Su proyecto para la nueva ciudad descansaba sobre algunos de estos conceptos: "Aislar los grandes edificios, palacios y cuarteles, de manera que resultaran más agradables... y simplificaran la defensa en momentos de revuelta... Asegurar la paz pública por medio de la creación de amplios boulevares que no sólo permitieran la circulación del aire y de la luz, sino también el fácil acceso y movimiento de tropas. Con esta ingeniosa combinación, el destino del pueblo se verá mejorado y su continua disposición a la revuelta disminuirá".

Nota completa en la edición impresa de Lilith Nº 13. Aparece en mayo.

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