domingo, 15 de noviembre de 2009

Olga Orozco

O la poética de la nostalgia

por Víctor Pedro Giménez

Ella está sumergida en su ventana
contemplando las brasas del anochecer, posible todavía.
Todo fue consumado en su destino, definitivamente
inalterable desde ahora
como el mar en un cuadro,
y sin embargo el cielo continúa pasando con sus
angelicales procesiones.

Fragmento de Mujer en su ventana

La lectura de estos versos casi nos obliga a pensar en una Olga Orozco contemplándose a sí misma en un futuro buscado y encontrado en el pasado. Un pasado al que la notable escritora jamás eludió, sino que, por el contrario, hilvanó y deshilvanó a través de sus poemas y sus conversaciones, como cuando en una entrevista expresó: "Así como uno cree que el pasado influye en el porvenir, creo que el porvenir influye en el pasado. Hay una interacción permanente de tiempos y para esto me ayuda la poesía, para hacerle trapisondas al tiempo que al final me va a vencer. Igual que la muerte".
Reflexiva irreductible, Olga Orozco trasunta a lo largo de su obra una espesa melodía que nos traslada a vericuetos de profundidades demasiado desconocidas, pero no por eso ajenas, y que huelen al terror que provoca el sufrimiento. Pero no cualquier sufrimiento, sino el que emana del interrogarse, del empaparse de nostalgias, del plantarse con altivez ante la nada.

"Escribir es una búsqueda que tiende a desenmascarar, a intentar echar una ojeada hacia lo alto por alguna puertita que se entreabre y se vuelve a cerrar muy rápidamente. Es apenas un vistazo, pero consuela". (…) "Escribir no es placer, es mi manera forzosa de expresarme. La poesía me produce un profundo sufrimiento. Creo como Bachelard que está en lo muy alto y en lo abismal. Una se sumerge hasta un fondo demasiado desconocido y siente que queda unida a la superficie por una nada y encima no ha dejado miguitas en el camino como Hansel y Gretel. Y si es hacia lo alto, más difícil todavía. Llegás a zonas desconocidas, como si al nacer se hubiera abierto una especie de telón que se ha cerrado detrás nada más atravesarlo. Pero queda como una reminiscencia de estados de ánimo, cierta avidez por retomar algo de allí. Pero no es placer y ya es bastante salir entera".

Nota completa en la edición impresa de Lilith Nº 3. Sólo en librerías o por pedido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario