por Marcelo Astudillo
"Cada gota de sangre derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido es experiencia que recoge quien sobrevive para aplicarla luego en luchar por la liberación de su lugar de origen".
Ernesto Guevara
Ernesto Guevara
Soledad Barret Viedma nació en Asunción del Paraguay el 6 de enero de 1945. Ya de pequeña debió sufrir las persecuciones de las que fue objeto su padre por sus ideas políticas, como antes lo había sido su abuelo, Rafael Barret, uno de los más importantes escritores paraguayos y figura emblemática de la cultura de ese país, en el que sólo residió 6 años y, la mayoría de los mismos, preso por sus actividades "subversivas".
Cuando tenía tres meses de edad su familia debió huir a la Argentina y se instaló en un pequeño poblado a orillas del río Paraná durante cinco años, cuatro de los cuales su padre estuvo preso o fue perseguido tanto por la policía paraguaya como por la argentina.
La adolescencia la encuentra exiliada en el Uruguay donde, gracias a sus dotes de bailarina folklórica, se convirtió en referente de los jóvenes paraguayos exiliados de la dictadura de Stroessner, participando de cuanto acto solidario se realizase.
Pero en Uruguay, como en todo el resto del continente, eran tiempos de cambio, tiempos de represión.
El 1 de julio de 1962 Soledad es secuestrada por un grupo neo-nazi y obligada a gritar consignas contrarias a su forma de pensar, a lo cual ella se niega. Con una navaja le graban en ambas piernas la cruz gamada y la abandonan en un local oscuro atrás del parque zoológico de Villa Dolores. Era el comienzo de la represión en Uruguay.
Victima de persecuciones y amenazas debe irse de Uruguay y, luego de recalar en varios países de la región la encontramos, en 1967, en Cuba.
Muchos jóvenes de la época, argentinos, paraguayos, brasileños, uruguayos, seguidores de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) fueron a La Habana para sumarse a la fuerza de vanguardia que crearía en América Latina el segundo Vietnam, según palabras del Che.
Allí Soledad conoció a quien sería su esposo y compañero de lucha, el brasileño José María Ferreira de Araujo, con quien tuvo una hija.
Luego del golpe militar producido en Brasil el 1 de Abril de 1964, que derrocó al gobierno reformista de Joao Goulart, la dictadura encabezada por Castelo Branco llevó adelante un sistema represivo acorde con las reformas económicas que acentuaron la recesión que se advertía desde 1962.
Los partidos políticos tradicionales y las organizaciones de masas, debilitados y desarticulados, no pudieron presentar una seria oposición a la dictadura que, con otros matices, continuaría con la llegada al poder en 1967 de Costa e Silva y su posterior reemplazo, por cuestiones de salud, en 1969, por Emilio Garrastazú Medici, coincidiendo este último reemplazo con el recrudecimiento de la represión, apoyada en el Acta Institucional nº 5 de Diciembre de 1968.
El desarrollo y la seguridad se convirtieron en los pilares del proyecto político de la dictadura militar, la violencia como el medio más eficaz para sostenerlos.
En este contexto, la lucha armada llevada a cabo por infinidad de organizaciones guerrilleras (tal vez sea en Brasil donde llegó a su punto más alto la atomización de este tipo de organizaciones) crecía día a día. Alcanzó su apogeo en las ciudades brasileñas entre 1968 y 1969.
La junta militar estableció tribunales especiales para juzgar a los guerrilleros urbanos y se reglamentó la pena de muerte para aquellos delitos que afectasen la seguridad del Estado mediante actividades "subversivas o revolucionarias".
Vanguardia Popular Revolucionaria fue uno de esos grupos que resistió por medio de las armas a la dictadura militar brasileña, una de las primeras en introducir la doctrina de la seguridad nacional en los países de América Latina y precursora en algunos métodos represivos que serían extendidos años más tarde a casi todos los países de la región.
Nota completa en la edición impresa de Lilith Nº 2. Sólo en librerías.
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